Historias de pacientes
Porque detrás de cada cirugía hay una historia y un paciente, pero sobre todo hay seres humanos luchando juntos por una nueva vida.
Carmen Lucia Reyes
Soy guatemalteca y hoy quiero contarles un poquito acerca de mi vida, como cuando todo parecía perder el sentido, al punto de incluso preferir morir, tomé la mejor decisión de mi vida, la decisión que me hizo no solo sanarme, sino Renacer a una Nueva Vida.
Trabajé en distintas áreas siempre relacionadas con mi pasión, la cocina y la creación de mis obras de arte en chocolate, luego encontré un postre propio, la bicicleta, ese espacio con mi cuerpo y el viento soplando en mi rostro, que se volvió, más que mi deporte, mi diversión. Con el paso del tiempo sin darme cuenta, un dolor en todo el cuerpo, que me había acompañado toda la vida, primero de forma esporádica, luego más seguido y por último se convirtió en algo invivible y totalmente aniquilador, se volvía cada vez más insoportable, hasta el punto de no poder seguir con mi vida normal e incluso casi no poder moverme, el cansancio a pesar de prácticamente no hacer nada, muchas veces ni siquiera levantarme de mi cama, era cada vez más agotador.
Fue diagnosticada con Fibromialgia, tratada de distintas maneras y medicada a más no poder, los efectos secundarios de la medicina eran un infierno, la desesperación era devastadora, al punto de que un día le dije a mi madre que si ese dolor no me mataba lo iba a hacer yo, pues no podía más. Con el sedentarismo que la fibromialgia me obligaba a mantener, vino como consecuencia la obesidad, que no hizo más que sumar aún más padecimientos y tristeza a mi vida, más todos los gastos que cada vez iban en incremento.
Tratando de encontrar una solución, ahora a un segundo problema, dos médicos amigos me refirieron con el Dr. Estuardo Behrens, sin más que esperar, solicité una cita, la verdad no sabía ni que iba a encontrar, solo quería hacer algo y me hablaron de la Cirugía Bariátrica, ¡pues bueno! Me dije a mí misma, no pierdo nada con preguntar, así que llegué del brazo de mi fiel amiga… mi madre, la primera impresión fue la ternura, cuidado y maternal apariencia de seño Lilly, la coordinadora que me recibió, fue la primera cápsula que me tranquilizó y me hizo sentir mejor, luego al pasar con el Dr. Behrens, escucharlo por un buen tiempo y sentir ese trato más allá del médico paciente, me llenó de paz y supe que era el ángel que tanto había estado esperando.
Sin más preguntas, al terminar la consulta la única que hice fue: cuándo me puede operar, de inmediato agendamos fecha para cirugía, dejando de por medio únicamente los días necesarios para realizarme los controles preoperatorios.
Recuerdo claramente como cuando ingrese a sala, el doctor tomó mi mano, mientras estaba haciendo efecto la anestesia, el oraba conmigo, debo confesar que nuevamente esa sensación de paz y seguridad vino a mí, abandonándome en las mejores manos, esas manos que hoy luego de 9 meses de operada, siguen siendo las manos que bendigo, las manos del doctor no solo intervinieron mi cuerpo, sino fueron instrumento para sanar mi dolor y para hoy tener nuevos planes, ya no para terminar con mi vida, sino para disfrutar una nueva etapa, llena de ilusión y emoción, con planes y motivaciones, que sin el acompañamiento y apoyo de mi familia y amigos no hubiera sido posible, hoy todo esto solo lo puedo resumir en una frase : Renací en una Nueva Vida.